¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

domingo, 30 de octubre de 2011

Nero demuestran que molan


La mainstremización del dubstep es inexorable. 

En 1990 era solo un delirio de fin de semana de varios DJs borrachos y puestos de ácido. Luego se popularizó entre las modernas de la época, y ahora varios temas de este género proveniente del Drum´n Bass están consiguiendo grandes éxitos en UK. Y con el tiempo lo conseguirán en muchas más partes del globo. 

Excepto en USA, porque allí solo consigues un Top 10 si eres negra.

El genero en si parecía demasiado alternativo como para que gustara a todas las pijas, porretas y reinas, pero entonces a Britney le colaron unos breakdown de dubstep en su ultimo disco, y se lió parda. Para disgusto de muchos amantes de las diferentes y casi infinitas formas de DnB, esto supuso una desvinculación del dubstep de lo anticomercial, convirtiéndolo en pienso para dependientas y clientas del Bershka. 

sábado, 29 de octubre de 2011

Rihanna se pone profunda


Claro que el concepto de “profunda” que maneja ella es irte con tu novio a Bristol, ponerte hasta las cejas de MDMA y luego enfadarte como si no te lo esperaras. Porque ella ama el drama.

Y es que la chica ahora vuelve con una intensidad renovada, uniendo las dos cosas que más sentido tienen: La música pastillera y los sentimientos. Para ello se ha colgado de Calvin Harris (Que bajo has caído), haciendo una especie de featuring.


Porque se trata de esto


La música esta pasando por un momento trascendental de su historia. No sabemos si es la mayor mierda de todos los tiempos o la más salvaje revolución. Los fans se apiñan dándose hostias cibernéticas y reales. Los autores son esclavizados por su producto, obligados a producir éxitos en cantidades ingentes para contentar a un público insaciable. Después de todo el público los encumbró. Son los nuevos dioses y diosas, exponiéndose a la más absoluta degeneración humana para seguir con su estatus.

Y nos encanta.

Ahora que el mercado es cada vez más clónico, lo que se suponía electrónica innovadora inunda lo mainstream.

Los grupos que saben tocar instrumentos son apartados al olvido en nuestra mente. Y seguimos ansiosos de ingerir todo lo que este mundo repetitivo y pensado para sangrar nuestra cartera nos ofrece. Simplemente porque lo necesitamos.

Una nueva era en la que el consumidor de música mainstream es adicto a buscar en youtube nuevas canciones emergentes de alguna prostituta canadiense solo para tener música nueva que escuchar. En la que el rumor, las ansias de consumismo y el odio humano impregnan el mercado porque ya no esperamos nada más.

Simplemente tragaremos lo que nos echen aunque sea mierda.

Y no sentirte profunda con una camiseta de nirvana del H&M. Ni especial cuando tocas el bajo en tu grupo de metal con nombre de licor. Ni si quiera las apilaciones musicales que están continuamente afinando en los directos o los albinos que crean increíbles experiencias étnicas pueden hacer nada para evitarlo.

Porque por muchos principios que tengas siempre te rendirás con suficientes neones y movimientos de culo.

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambio tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. De ser felices.

Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.