Que ya es decir.
Los Grammys han sido conocidos siempre como esa... ¿Academia? que no para de hacer caso a la gente aburrida que no sabe lo que lleva un Manhattan por el simple hecho de cantar bien.
Una institución pútrida en absoluta decadencia que no merece el menor respeto por parte de cualquiera que tenga un mínimo sentido del gusto.
Porque su rollito de ir de serios e intensos no puede ser más casposo cuando te dedicas a premiar a Adele y a Taylor Swift, básicamente.