Lana Del Rey vuelve dándose un paseo por la playita

¡Alegría!

Lana Del Rey vuelve para hacer las delicias de vuestros deseos. Sí, te hablo a tí vlogger adicto al postureo y a comprar en Urban Outfiters.

Sabeís que en éste blog de vagos que no actualizan serio medio de comunicación tenemos una historia de amor - odio con Lana. Empezamos odiándola un poco porque no nos creíamos su papel de intensa de la vida, pero luego caímos en sus redes por una serie de acontecimientos.

1. El vídeo de National Anthem fue (y sigue siendo) lo más.

2. A Cedric Gervais se le ocurrió hacer un remix buenísimo de Summertime Sadness que gustó a chonis y a modernos por igual. Jackpot.

3. Resultó que Paradise tenía temas aún mejores que Born To Die. Se nos cayó la máscara y nos rendimos ante la diva que puso de moda cosas que ahora son tan básicas como el filtro sepia noventero o poner mirada de intensa cuando vuelves del after.


Lana viene ahora despojada de cualquier halo de misterio, llena de dinero para publicidad y promoción, a darnos un segundo trabajo musical que la alzará o defenestrará para siempre.

Puede que hoy en día los carteles publicitarios parezcan completamente innecesarios. Y lo son. Pero Lana es consciente de ello y sabe que sólo funcionan como imagen estética.

Nosotros estamos muy contentos de que se le haya ocurrido aparecer en cartelitos, porque así hemos visto la foto que aparece, la del cigarro, y nos hemos quedado extasiados hasta hoy.

No nos importaría nada que la portada del álbum fuera esa foto. O mejor aún, una foto hecha a la valla publicitaria. Sería súper guachi.

Pero pasemos a lo importante. Lana ha sacado nueva canción. ¿Es buena? ¿Comparable a lo que sacó anteriormente? ¿Se ha vendido a la electrónica barata?



Lana no ha evolucionado desde Paradise. De hecho, West Coast recuerda más a las miles de demos anteriores a la era Born To Die que a algo posterior a la misma.

Es Lana %100, pero tiene un problema. Lana no podía venderse a un estilo musical nuevo porque su halo no funcionaria con nada más. Así que ha decidido innovar con la estructura de la canción.

Aquí está claro que Shakira fue una pionera, porque Can´t Remember To Forget You ya eran dos canciones juntas pero no revueltas. A West Coast le pasa algo parecido: Los versos y el estribillo están completamente desligados, y el estribillo es un bajón considerable. Y ya sabeís que eso en el pop es IMPERDONABLE.

Donde está el bombo melancólico, la melodía lagrimera.

No queremos pensar Lana, queremos sentirnos desgraciados y también bailar, cuando a algún DJ se le ocurra hacer un remix solvente.

Aún así la canción ha terminado en repeat en nuestros reproductores portátiles. Misterios del pop. Es curioso como una canción que inicialmente te parece extraña o no del todo apetecible te termina conquistando cuando otras canciones a priori mucho más digeribles terminan desapareciendo.

Mención aparte merece el vídeo de Youtube donde suena, que bien podría ser el vídeo oficial y nadie diría nada. Porque derepente, un bucle de treinta segundos a cámara lenta en blanco y negro sería el futuro.

Hubiera etsado guay que lo hubiera intentado, la verdad para ver cómo sus fans se tragan CUALQUIER cosa que les hechen.

Pero West Coast no es cualquier cosa, no. West Coast es lo que debe ser, porque Lana Del Rey no puede estirar más el rollito que se traía. Y la verdad que termina cumpliendo.

así que sí, estamos deseando escuchar Ultraviolence en toda su grandeza y plenitud.