Así es. Miss Knowles a dejado que la declaración de independencia de su archienemiga llegue a las estanterías de las tiendas de discos. En USA, claro. Aquí ni la olerás.
Sí, hace un mes, quizá más quizá menos que está ya en la calle. Y lo que no nos sorprende nada es que Beyoncé no haya hecho nada una vez que ha oído el álbum.
Talk A Good Game es una curiosa representación de lo que ha supuesto la carrera de Kelly hasta ahora.
Desde Here I Am no ha dejado de hacer el ganso y colaborar en chorradas varias. Here I Am, a pesar de todo, era un producto respetable, con una o dos cosas buenas.
Oh, y con una cosa acojonante.
Y a pesar de ser el tercer álbum aún venía perseguida por la estela post Destiny´s Child, y seguía traumatizada con el hecho de que nadie le hacía caso. De hecho, el título del disco no deja nada a la imaginación.
Talk A Good Game se despega completamente de todo ese halo de Attention Whore post-girlband y se embarca en un viaje hacia la madurez. Lo cual, globalmente, le ha llevado a ser un álbum bastante... meh. Y es que todo el álbum destila ese buen gusto y elegancia que todos queríamos, pero que curiosamente nos aburre.
Kisses Down Low y You´ve Changed pueden llegar a molar. Dentro de ese... meh. Y es que hay una canción que se corona como estrella absoluta del disco. Y no es Gone.
Hablamos por supuesto de Dirty Laundry. Y es que aquí hay una cosa clara:
Talk A Good Game = Dirty Laundry
Asi que para saber que es del disco, hay que preguntar al señor single que lo representa.
El sonido no sorprende en absoluto, de hecho va en concordancia con ese exceso del buen gusto del que hace gala en todo el disco, pero con una letra mortífera que te desnuda y te destruye.
Y aunque al principio creímos que era una explosión de rabia, la canción ha evolucionado en nosotros como un poema donde deja entrever sus sentimientos.
Casi un himno para las perdedoras. No hay emoción ni esperanza. Sólo ganas de correr al bar a pedirte un whisky doble con hielo. Y el vídeo ha ayudado muchísimo a contribuir con éste sentimiento.
Asi que, para nosotros, Talk A Good Game merece la pena solo por escuchar la voz de la desesperanza en una canción dedicada a la perdida, la ira y al fracaso.
¡Arriba la Rowland!
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