¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Los EMAs de MIley (También)


Y los de su vagina.

No conterta con adueñarse de los VMAs completamente, viene a hacer lo mismo a éste lado del oceano atlántico, donde no existe el puritanismo yanki y donde puede dar rienda suelta a su espíritu creativo.

"Espíritu creativo". Hacer lo que le salga del totolete, vaya.

Los premios fueron bastante aburridos en general, con una fuerte presencia pseudoindie súper intensa y con pocas actuaciones con golpe de efecto.

El escenario, eso sí, de lo mejor que se ha visto en unos premios. El de los VMAs pasados fue un poco de patio de colegio. En Amsterdam, sin embargo, se copiaron el Sticky & Sweet para llenar el escenario con pantallas que suben y bajan (Que nunca están de más) para que aquello no pareciese el comedor de cualquier instituto en fin de curso.

Lo cierto es que la noche arrancaba con pocas expectativas, y todos sabiamos que ibamos a tragarnos todas esas sonrisas falsas por ver la actuación de Miley. Y así fue.

Robin Thicke demostró que es idiota.


E Iggy Azalea también.

El primero porque cantó la misma canción sin guarra adolescente y cantando igual de aburrida que siempre. Iggy Azalea sin embargo fue tonta porque:

- Dejó que la pusieran con ése engendro para actuar.
- Dejó que la metieran en ese vestido que la hacia TREMENDAmente ancha.
- No cantó Change Your Life.

Pero también aprendimos que Robin no es ninguna pazguata y que sabe tocar el piano. Lo que él no sabe es que ya tenemos a GaGui para eso.


Katy Perry se puso folklórica.


Y se dedico a ser el tótem de alguna tribu precolombina hasta que inevitablemente se quedaba embutida en unas mallas y echa a volar.

Y todo sería guay si no lo hubiera hecho con el segundo single del fatídico Prism al que le sacaremos las tripas en breve (Lo prometemos): Unconditionaly.

La puesta en escena contenía además luces que formaban un prisma y un montón de gallos marca de la casa. Pero fue de lo mejorcito de la gala. Así están las cosas.

Icona Pop se equivocan de canción.


Y de año.

I Love It mola, pero es como del 2002 ya. El principio acústico, bailarines, estalactitas (¿O mitas?) y glitter. Mucho glitter. Normalmente no tenemos nada que objetar a estas dos grandes suecas. Pero hoy es el día que lo decimos bien alto:

¡CANTAD OTRA CANCIÓN HIJAS DE PERRA! Tienen temazos a raudales, y cualquiera puede convertirse en monster hit mundial, si cantaran otra canción alguna vez.

Que es europa, coño. Un mash up entre Ready For The Weekend y All Night, por ejemplo, llevando al escenario todo el rollito Paris Is Burning.

Tomaos un cubata amigas. Y que sea doble.

Miley se corona como la jefa del universo


Salió de un asiento de coche volador (!) vestida como Rihanna en el Diamonds Tour, mientras el tubo de su casco de astronauta (!!) servía de pipa de crack a su amiga la mini Alaska noventera.

Además el micrófono tenía forma de porro (!!!).

Miley, somos todo tuyos. La actuación es básicamente una mutilada We Can´t Stop que termina en una especie de fiesta de cantina de Star Wars antes de que aparezca RedFoo. Y ya.

En cuanto lo vimos todos nos negamos profundamente a que ésto fuera la actuación. Y en efecto, no lo fue.


El principio prometía, y mucho.

El vestido madonnero lo era todo, y su vagina se escabullía de él para mostrarse al mundo porque tenía envídia de las tetitas de Miley.

Pero realmente la actuación le quedó algo sosa, por no decir que es aburridisima. Sí, Wrecking Ball mola, pero cuando se levantó la pantalla de la Miley llorona todos esperamos que un edificio se derrumbara y explotara, esperamos fuego. Que chupara un martillo. Algo. LO QUE FUERA, en realidad.

Pero ella se mantuvo en su papel de artista seria en plan "Sé cantar, ¿Sabes?" Porque claro, ella sabía lo que iba a hacer después.


Sale ella, subiendo vestida, "Vestida", como algún tipo de Cruela De Vil putona monocolor, con un bolso de Chanel para dejar el premio en el suelo, sacarse un porro y fumárselo.

Pausa dramática.

Quiza hayamos visto a Rihanna puesta en Coachella o hayamos oído que Britney iba fina en sus épocas, pero no hay precedentes de consumo de estupefacientes en ninguna gala de premios.

Claro que Amy nunca iba porque estaba de resaca.

Miley ha conseguido meterse la gala en el bolsillo, quedar como la seria y como la divertida, y todo por no tomarse en serio y ser la más lista de su gallinero.

La ginda del pastel hubiera sido que se hubiera dejado el premio allí, porque ella está por encima de los bajos estándares de la MTV.

Y eso fue todo. Once again: Miley wins.

Bueno, y Bruno Mars cantó Gorilla

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