Kerli y la prisión eléctrica

Nos encanta suecia. Y el hecho de que nuestra querida Kerli sea de allí no hace más que enaltecer sus ganas de hacer las cosas bien.

Pero a la pobre no le sale nada bien. Su último cúmulo de canciones apiñado de manera conceptual no lo ha oído nadie, y eso que molaba mucho más que  otras cosas que sí que han visto la luz a lo largo de éste año.

Y además tenía temazos como éste, éste o éste que están súper bien.

Kerli, lejos de darse por vencida, reincide en la electrónica más pop, rechazando volver a sus origenes más rockeros. Vaya, por decir algo.

Tampoco esperabas algo en plan The Pretty Reckless, ¿No?

Resignada pues a volver a tocar con una guitarra y un bajo, Kerli colaboraba hace un tiempo con un tal tyDi en una canción súper mona.



Glow In The Dark es baile y melancolía. Porque todos a veces hemos sufrido el drama de ser la fea de la discoteca. Así que viene éste beat suave y esponjoso a ayudarnos con un mensaje automotivante.

Bien por Kerli al reinventar la lírica electrónica con algo que no sea una historia de amor.

Y como a veces las cosas que están bien es mejor no cambiarlas, ¿Verdad JLo? pues ella se viene con otra colaboración con éste señor australiano, que ésta vez pasa de dramas y melancolías varias para ofrecer una oda a todo polvo sobre tarjeta.



Stardust recuerda un poco a las producciones minimalistas que haría deadmau5 si fuera de Leganés. Es como una cantadita a medio camino entre lo hortera y lo ideal. Y nos encanta que casi no se decida por ninguna de las dos vertientes, porque ha demostrado ya que es buena compañera si llevas un par de cubatas encima.

Se puede bailar, se puede cantar y puedes solo hacerte la intensa con los ojos cerrados y moviendo los brazos si vas demasiado pedo.

Esta comprensión con la gente que se pilla unas borracheras megalómanas no nos puede gustar más.

Y no nos importa que las dos canciones sean prácticamente iguales. Baby One More Time y Oops... I Did It Again también lo son y a Britney nadie le dice nada.

Tampoco nos importa nada que Kerli se encasille como vocalista de bases techno pastilleras, ya que eso nos daría años y años de felicidad en forma de estribillos celebrables.