La autora de lo que probablemente hubiera sido uno de los grandes temas del año pasado si no la interpretara pegada a una guitarra niega con brusquedad nuestras afirmaciones de que es una aburrida.
Sabe tocar instrumentos y no es guapa asi que le quedan dos opciones: Ir de intensa o de drogadicta.
Halcyon Days es un disco (Bueno, en realidad dos discos) con tres cuartos de aburrimiento como si de Prism se tratase y un cuarto (Bueno, en realidad el disco de la reedición), de temazos pop bailables.
Así que nos trae Goodness Gracious en pleno invierno (!) y en época de exámenes (!!!), para que luego digan que no es temeraria.
Lo primero que debemos decir es que se ha equivocado de single.
Una elección mucho más obvia de cara a contentar a todos los cocainómanos a éste lado del atlántico.
Pero dejando de un lado las reflexiones soñadoras, pasaremos a hablar de Goodness Gracious.
El vídeo bebe claramente de M.I.A. y un poco de Ke$ha. El rollito "Oh, mira soy británica y moderna y tengo amigos ecologistas y nos encantan los accesorios flúor" está ya más que pasado, pero esto es como la moda de salir del armario, a la que algunas siempre llegaron tarde pero a nadie le importó.
Las peripecias nocturnas de Ellie por algún barrio maloliente de New Castle no nos pueden interesar menos, porque está claro que Ellie es de las que se va en taxi cuando hay que irse de after porque no hay tren hasta las ocho. Así que aquí no engaña a nadie.
Sin embargo, tiene algo positivo, y es que se la ve bailar con algún tipo de talento, y no como Lady GaGa que acostumbra a hacerlo como un armadillo con problemas de espalda.
Planos nocturnos, epilepsia y felicidad adolescente. Todo muy original. Pero oye, tampoco vamos a ponernos depresivos porque así puede que alguien a parte de las cuatro aburridas que se compraron el álbum oigan la canción para que desbanque a Kiko Rivera del número 1 en España.
Confíamos en ello.
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