¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

martes, 28 de enero de 2014

Los Grammy más WTF de la historia



Que ya es decir.

Los Grammys han sido conocidos siempre como esa... ¿Academia? que no para de hacer caso a la gente aburrida que no sabe lo que lleva un Manhattan por el simple hecho de cantar bien.

Una institución pútrida en absoluta decadencia que no merece el menor respeto por parte de cualquiera que tenga un mínimo sentido del gusto.

Porque su rollito de ir de serios e intensos no puede ser más casposo cuando te dedicas a premiar a Adele y a Taylor Swift, básicamente.


Pasando totalmente de quien ganó a la voz más chirriante o la peluca más brillante (Categorías completamente lícitas y reales), pasaremos a revisar las actuaciones, que es lo único interesante de los grammy desde que Lady GaGa los convirtió en unos MTV Awards cualquiera allá por el 2009.

Que por cierto, Stefani hizo alarde de una elegancia y porte nunca antes vistos en ella.


Más que nada porque no fue. Probablemente porque se enteró que Madonna sí que iba a ir y decidió huir de su beso de la muerte, que probablemente fue a parar a quinquiera que la metió en semejante trampa social.

Bueno, pues, al grano.

Beyoncé abrió la gala y despidió a cuarenta y tres personas de su equipo al salir



Vaya número de apertura más meh y psé. Así, todo junto. Después de lanzar el álbum a traición y de tener a todo el mundo en vilo coge y hace una actuación de mierda de Drunk In Love con el pesado de Jay Z.

¿A nadie de su equipo se le ocurrió hacer Haunted?

Claro que no. Recordad que estamos hablando del mismo equipo directivo que cuando escuchó Dangerously In Love dijo que no había singles potenciales.

Un aplauso para ellos, por favor.

Se la ha acusado de playback cuando era más que evidente que sólo tenía un pregrabado, aparentemente sin razón alguna. Al salir de la gala se descubrió que en la actuación se esperaba agua al principio en forma de cascada, que al final no se sabe porque no pudo ser.


Con ésta cara salió Beyoncé después de que su actuación fuera un desastre. Estamos seguros de que el equipo encargado del agua habrá recibido los latigazos pertinentes por parte de Mrs. Knowles.

Lorde se dedicó a tener espasmos durante cuatro minutos



Canto Royals (Como si tuviera alguna que otra canción) y provocó que todos nos aburrieramos. Claro que ella decidió darle algo de vida a la actuación con algunos bailes sacados claramente de sus ancestros neocelandeses.

Además protagonizó una de las recogidas de premios más vergonzosas de la historia.

Pero mira que es lerda.

Katy Perry hizo el rídiculo creyéndose una stripper en haloween



Presentarse con Dark Horse es ya de por si un error de los gordos. Pero teniendo en cuenta que la performer es Katy Perry puedes esperar un festival de graznidos digno de cualquier granja.

Cosas de la vida, Perry ha estado correcta en cuanto a lo vocal se refiere. Pero ha fallado en todo lo demás.

¿Le tocará alguna vez en ésta era hacer todo bien? Parece que eso ya pasó y se llama Walking On Air.

La verdad es que Katy hace de todo: Sale de una bombilla, se cree negra encima de un muro de cartón piedra, domestica al caballo de Lady GaGa y termina formando parte de un aquelarre de brujas a las que van a quemar y no se les ocurre otra cosa que ponerse a hacer pole dance.

La idea no es del todo mala pero está tan sumamente mal llevada a cabo que no sabemos ni que decir. El rollo místico oscuro no pega nada si tu canción es para delincuentes que roban coches.

Juicy J está completamente descontextualizado y el momento stripper es de lo peorcito.


Paso complicado donde los haya: Me agarro a la barra y doy vueltas como si tuviera cinco años.


Aunque parezca increíble consiguió levantar la pierna. A destiempo y con un esguince, pero oye, ahí está. Remarcar como la muy jodida contrata bailarines que bailan peor que ella para quedar bien. Hay que ser Perry.


Ni lo intentes. No sabes bailar: Asúmelo.


Una bonita metáfora de su carrera en éste momento. Cuesta abajo, sin frenos y llena de hollín.

 Pink demostró que se puede hacer una actuación digna



Pink hizo lo que mejor hace: Colgarse del techo para cantar Try. Y la verdad que fue una de las actuaciones más llamativas de la noche.

Pero como si sólo te cuelgas quedas como una mamarracha, después se puso un vestido y se fue a colaborar con un señor que podríamos deciros quién es, pero preferimos que lo busqueís en Google.

Le quedó muy correcto, y aunque a priori puede parecer algo bueno, no lo es para alguien que siempre se ha meado en la linea que separa la correción política de la polémica gratuita.

Recordamos porqué los Americanos no pueden ser más horteras



Mira que hacer salir a Madonna de su sárcofago de la juventud para eso... En fin. El tal Macklemore cantó junto a una gorda y a su novio (A nosotros que no nos engañen) una canción sobre que ser gay está genial. ¿Y que aprendimos de ese tipo de canciones?

Exacto: Que son caca. La cosa es que entre una cosa y otra la gran wannabe de Oprah Queen Latifah se puso a casar a un montón de lesbianas y maricones con el poder del estado de california. Como no podía ser de otra manera, en ese momento entró Madonna, vestida como en Me Against The Music para cantar tres frases de Open Your Heart y quedarse tan ancha.

Ella se quedó con cara de arrepentirse de apuntarse a aquella cosa tan de reality de divinity mientras todos se cogían de la mano para saludar. Pero como dijo la gran Chaki, lo hecho está hecho, Madonnita.

Daft Punk hacen la mejor actuación con la mejor canción. Oh, y con Pharrell y Stevie Wonder.



Los robots franceses más sobrevalorados de la historia se unieron a un señor negro que hace ruidos con la boca y que tiene un sombrero canadiense y a la leyenda ciega de la música para celebrar con un extended mix de media hora el que sin duda es el hit del año.

Lo gracioso fue ver a la arrítmica de Katy Perry intentar seguir el ritmo de la canción o a Yoko Ono dándolo todo como si fuera un domingo por la mañana cualquiera.

En resumen los Grammys de éste año han sido probablemente la gala de premios más aburrida y que ha dejado a los espectadores con un sabor de boca agridulce. Bueno, agrio, a decir verdad.

Una gala sin caras de asco de Rihanna es un rollo, y cuando la gran sorpresa es que Taylor Swift es una mala perra porque lo flipa cuando pierde el premio al mejor álbum del año contra Random Acces Memories, es que definitivamente algo va mal.

Necesitamos que Madonna haga número en los que baile, y necesitamos que petardas como Nicki Minaj vuelvan a tomarse el tarro de pastillas de su madre para recrear exorcismos.

O algo. Necesitamos algo.

En realidad lo que sea. Cualquier cosa podría mejorar la devastadora visión que han dejado los Grammys éste año.

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