¿Porque estás aqui?
Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.
Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.
Tragadores de la mejor mierda.
Ecos de Extrarradio.
Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.
Tragadores de la mejor mierda.
Ecos de Extrarradio.
lunes, 24 de marzo de 2014
Inglaterra -Casi- vuelve a salvar el pop
Sophie Ellis - Bextor es de esas personas que si conocerías personalmente odiarias y criticarias a las espaldas. Aunque a la cara tendrías que bailarle el agua porque es la típica delgaducha altanera que cae bien a todo el mundo. Y ten por seguro que la necesitarías para algo.
Sus gustos estilísticos son la ley y ha sabido ser el buque insignia del buen gusto las veces que le han dejado. Vamos, algo así como lo que es Kylie pero sin dar tanto las gracias y sonriendo mucho menos.
Pero lejos de ceñirse sólo a hacer cosas con buen gusto y a poner cara de éstar mirando un cuadro de Pollock, ella, sabiendo que el verdadero futuro de la música estaba en las playas y los cubatas dobles, supo reinventarse como diva dance de la mano de los archiconocidos Freemasons.
Heartbreak (Make Me A Dancer) era una canción con mensaje pop que te sacaba del apuro si lo que querías era tomarte un margarita a las cinco de la tarde.
El mito de que una rotura sentimental te convierta en bailarín es tan romántico como estúpido, pero decádas de series, películas y estancias en discotecas gays le han dado la razón.
En la misma linea, Sophie sacó Bittersweet, ya sin esconder nada a su público, donde prácticamente se rebozaba de glamour en un fondo aséptico con un montón de confeti y telas vaporosas al viento.
Y todo el mundo sabe que estas dos cosas son las que hacen felices a todos los homosexuales.
Pero no nos quedemos en la superficie, en lo bailable y en lo estúpido. Sophie demostró hace más de diez años (!!!) que se puede ejecutar pop bailable con maestría sin recurrir a la facilidad del dance.
Y además con un vídeo digno de la misma Katy Perry si hubiera nacido diez años antes y al otro lado del charco.
Así que pasaremos a analizar éste plato de buen gusto que ha resultado ser Wanderlust.
01. Birth Of An Empire
Una introsucción grandilocuente a más no poder da paso a un ìano y a un amelodía demasiado entrecortada que no se levanta en ningún momento.
Las cuerdas de la introducción lastran a toda la canción haciéndola parecer más Lana Del Rey de lo que en realidad es, porque la melodía del estribillo es bonita de verdad.
Además Sophie demuestra que tiene estudios jugando al despiste con una transición estribillo - estrofa que dejaría patidifusa a Paris Hilton. ¿Podría ser mucho más grande con unos arreglos más alegres? Puede que sí, pero Sophie no está aquí para hacernos mover el culo. No al menos con ésta canción.
7/10
02. Until The Stars Collide
Aquí no es que unas cuerdes suenen un poco tristonas, es que Sophie estaba atiborrandose de prozac cuando la escribió.
Suena un poco a Marina And The Diamonds, y de hecho se acerca a un sonido hipoteticamente post - Electra Heart.
Tiene riffs de piano rápidos, cuerdas intensas y lo que parece ser - Atención - una guitarra española. Pero ella canta sin un ápice de dramatismo porque no es de las que se queja si no de las que maneja el cotarro. Porque sí, pueden escribirse canciones que no vayan de follar en un tugurio.
6.5/10
03. Runaway Daydreamer
Si bien es cierto que para escuchar Until The Stars Collide debes estar alcoholizado a niveles de deomingo por la mañana, Runaway Daydreamer nos recuerda que las británicas intensas están ahí por algo. Una it-girl puede darte asco, y caerte mal, pero al final siempre visitarás su blog para ver si te compras ese jersey de inditex en tono lavanda o aguamarina.
El mensaje es una pocholada y la melodía de los versos es AMOR así, con mayúsculas.
Además el sintetizador nos recuerda a Icona Pop y eso nunca puede ser algo negativo.
7.5/10
04. The Deer & The Wolf
Pasamos de la percusión menopaúsica y grandilocuente a una guitarra rápida que a Sophie le queda como a un cura dos pistolas. Pero oye, ella a su rollo. La canción es cuqui porque es rapidita y rompe un poco el ritmo lánguido que lastra el comienzo del álbum.
Puede que el tema de la pareja kamikaze esté ya más que manido, pero nunca alguien lo había cantado con tanto pasotismo.
Y no sabemos si es algo bueno o malo, la verdad. Pero nos gusta que las canciones tengan instrumentos de verdad y HARMONÍA. Así que punto para Sophie.
7/10
05. Young Blood
Sophie pasa de seguir aumentando el ritmo y vuelve a ABURRIR de sobremanera volviendo a una composición cerrada a un piano y unas cuerdas mientras ella canta encima.
Y ésta vez no hay clase ni dignidad que la salven de la quema. El estribillo puede ser un poco guay, si te sorprenden las subidas de tono y no eres fan de Christina Aguilera.
Next.
2.5/10
06. Interlude
Y hablando de Christina Aguilera, he aquí una ¿Canción? de dos minutos y unos segundos que, sinceramente, está menos contextualizada que Britney en un simposio sobre los súper sólidos.
Es decir: ¿Que necesidad había? Ninguna.
1.5/10
07. 13 Little Dolls
Esto ya es otra cosa. Volvemos a la carga con lo que debería haber ido después de The Deer & The Wolf en una composición súper folk (Casi nos arrepentimos de escribir eso último) con un toque gamberro que no le pega nada pero que de repente pues oye, es como resuelto.
Sí, suena a single de presentación de un grupo random de éstos que toca en los bares de tipo irlandés, pero no por eso deja de ser buena, ¿No?
8/10
08. Wrong Side Of The Sun
Sophie no se cansa de escribir canciones grandilocuentes que NUNCA te pondrás en el iPod pero que siempre reivindicarás en ese foro lleno de maricas al que no puedes dejar de entrar.
El estribillo es sólo un poco guay, pero la fórmula termina por quemarse. Ya has dejado claro que eres la dramas grandilocuente con clase. No hace falta que susurres y toques el clavicordio cada vez que te tropiezas en tu chalet.
2.5/10
09. Love Is A Camera
Parece la típica canción con la que empezaría una película de sobremesa ambientada en el siglo XIX, pero no. Es un corte de Wanderlust y es guay. Porque tiene rollito y crea ambiente, cosa para la que la mayoría de las estrellas del pop tienen que fingir una masturbación.
Atentos al final apresurado que recupera el sentimiento de pélicula de hace dos siglos cogiendo carrerilla para fingir que es una película que gira demasiado deprisa en el proyector y que termina quemándose.
Y sí, es una metáfora. hala, ya podeís correr todos a poner en facebook que os habeís dado cuenta.
7/10
10. Cry To The Beat Of The Band
Aquí no hay reminiscencias a eras pasadas ni intentos peliculeros de llamar la atención. Un grito desgarrador y completamente pop, porque tiene todo lo que necesitamos para ser felices: Una percusión cuasi religiosa, un estribillo cantado a coro gospel y un leit motiv de canción que es nuestra ley.
Además le mete vientos y guitarras cuando empieza a repetir el título de la canción, porque ella es asío de sutil.
7.5/10
11. When The Storm Has Blown Over
Si los finales de sico per sé ya suelen ser chusqueros y dramaticos imaginaos el final de éste disco. Canción ideada para irte a llorar de picnic cuando te han dejado y no sabes que hacer porque es martes y todos los bares de tu pueblo han cerrado.
Oh, y te has quedado sin alcohol en casa. Te compadecemos.
3.5/10
Y así, Sophie Ellis - Bextor deja claro que nunca jamás dejará de ser una segunda con aspiraciones que va de moderna, pero nos regala una composición interesante que a veces acierta y a veces se pasa de megalómana pero que se hace agradable de escuchar.
Porque todo lo que viene de Inglaterra merece una oportunidad, y porque Murder On The Dancefloor y los remixes con Freemasons bien valen que escuchemos el disco de la pobre.
Porque deberíamos crear una ONG para que chicas como Sophie o Victoria Beckham fueran sometidas a terapias de choque para que mostraran alguna emoción en su rostro de porcelana botoxiana.
Por que no todo iba a ser apoyarse en paredes y restregarse en la discoteca al ritmo de cualquier hit dance de mediopelo.
Pero porque sobretodo, Wanderlust tiene varias canciones que molan un montón, aunque lo hagan menos de lo que nunca admitiremos en público.
Pero podrás atisbar letras y sonidos que Britney y Miley jamás se atreverían a grabar. Porque probablemente estarían tomandose un gin-tonic mientras expulsan a los tres negros que acababan de entrar al estudio con trompetas.
Pero Sophie no. Porque como buena inglesa cada tanto intenta salvar el pop con un nuevo álbum lleno de melodías faraónicas e imágenes más grandes que la vida misma.
Y ésta vez casi lo consigue. Casi.
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