Hilary Duff y la canción del verano

Hilary Duff es un nombre que a priori da vergüenza pronunciar. Pero si hay algo que todos sabemos es que el pop no se debe tomar a la ligera. Te lo puedes tomar a risa, puedes bailar, puedes reirte de lo gorda que estaba o lo cutre que fue su intento de cover de Depeche Mode.

Pero al final, el pop se escurre en tu habitación un jueves, en la más absoluta oscuridad, y te ves descargando Wake Up, porque te apetece pintarte las uñas mientras la escuchas antes de salir. Cuidado con ésto. Recordad que al principio nos reímos de Miley Cyrus, pero que luego ser travesti y fumar porros fue la ley.

Hilary es recordada por todos los niños con televisión como la gorda de Lizzie McGuire en Disney Chanel. La cosa es que después se hizo cantante y todos la amaron y le dijeron lo guay que era. Y no toda su discografía es mierda. Hay mucha mierda, pero también cosas guays.

De hecho, tiene al menos cinco canciones genuinamente buenas:

Wake Up

El primer verso está cientificamente construido para llegar al corazón de toda la gente que con catorce años se creía emo y profunda porque era fea, gorda, homosexual o todo a la vez.

There's people talking
They talk about me
They know my name
They think they know everything
But they don't know anything
About me

Además la canción hablaba de salir de fiesta, cosa que dichas personas nunca hacían pero anhelaban con desesperación, y te iba incluyendo lentamente en la rueda del capitalismo occidental al nombrar ciudades que tú, viviendo en Argazuela Del Pozo Mayor, nunca visitarías.

El beat es delicioso, el timing es muy bueno y el estribillo es de los mejores del 2005. Pelucas, referencias al maquillaje y un puente demoledor con cambio de tercio y ¡BAM! Canción pop perfecta.

Come Clean

Al parecer hay una versión no remixeada. Vaya gilipollez. La canción es casi perfecta. Si hubiera sido concebida en modo bakala, las minucias que la hacen sonar amateur hubieran sido solucionadas.

Un estribillo demoledor, un mensaje tierno y un remix machacón es todo lo que necesitamos a veces para sentirnos bien. Y el pop va sobre todo de sentirte bien.

Fly

Puede que cuando empiece tu reacción sea un poco "Uff, vaya rollo", pero fue la canción que encumbró a Hilary como auténtica estrella (Es un decir) al hacer un vídeo donde nos habla de cómo puedes conseguir que tu sueño se haga realidad si eres lo suficientemente buena, mientras intercala imágenes de una actuación en directo con retazos de los viajes durante la gira.

El pre-estribillo es lo único bueno, pero es que es tan bueno, que el resto de la canción podría haber sido el riff de guitarra que se repite todo el rato sin nada más y la canción sería igual de guay.

So Yesterday

Es un poco Avril Lavigne, estúpida y absurda, pero cuando la vida eran exámenes de lengua y beber por la tarde caló hondo. Aquellas épocas en las que hacer surf y graffitis era de gente guay y no de gente pobre y piojosa.

La guitarra entrecortada con susurros deja claro que ella es una artista de verdad, y repite el título de la canción suficientes veces como para que hasta la más tonta se acuerde.

Pero recuerda: Si robas la ropa a tu ex novio, haces fotos con ella a gente desconocida, se las mandas y al final le llevas otro paquete diciéndole que pases de él probablemente no pases de él. Hilary puso de moda aquí ser una ex novia esquizofrénica. VISIONARIA.

Beat Of My Heart

Vale, ésta no es genuinamente buena. De hecho es de esas canciones que son un 50% horrorosas y un 50% guays. Y el vídeo es una mierda donde la fotografía está hecha sin ganas. Lo debió de dirigir ella, como las estrellas de verdad. Y aparece gente tocando instrumentos, como si la canción hubiera estado hecha con alguno de ellos.

Y esa parte horrible, asquerosa, vomitiva, que se supone que es el puente. Donde chilla en una parte ¿Rock? En fin. Que asco. Encima lo repite en el final.

Pero todo lo demás es guay. El comienzo con latidos, los versos, la lírica. Que pena que se les ocurriera creerse rockeras.

Y ahora quiere añadir otra canción a su elenco de temas dignos, una canción que apesta a barbacoa, a playa y a salitre.

Tiene un bajo machacón, silbiditos, está escrita por Tove Lo (A la que amamos profundamente), suena a Kylie y el estribillo está directamente plagiado de Friday Night Gurus de Studio Killers, lo cual es genial porque demuestra que alguien del equipo de Hilary es indie, y por lo tanto guay.

No exageramos si os decimos que ahora mismo Sparks va en cabeza de cara a ser nuestra particular canción del verano. Porque tiene TODO lo que nos gusta condensado en tres minutos y cinco segundos. Ser original está pasado de moda, ahora sólo queremos pasarlo bien y que nos den todo el trabajo hecho y las cosas bien masticaditas.

Lo que queríamos era un vídeo como éste, lleno de sol, calle, y estilismos a medio camino entre lo choni y lo guay. Pero en lugar de eso ella hizo una mierda de vídeo por la que ya puede haber cobrado millones, porque le ha quedado de culo. Pero gracias a los fans hemos conseguido una versión que nos ha gustado más, aunque sea más repetitivo que la discografía de Beyoncé.

Baila fatal, pero se lo perdonamos porque no creemos que haya peluca azul que salve esa coreografía. Por lo menos se agacha de forma sugerente dejando claro que viene de la factoría Disney. Además en algunos fotogramas se le ve un poquito de cara de lerda. Pero no pasa nada, porque la canción es maravillosa, fantabulosa.

No contenta con hacer una canción pegadiza y veraniega, Hilary muestra ambición y ganas de recuperar el estrellazgo, porque ha ido a Ellen a actuar para que todos vean cuanto photoshop hay en los fotogramas de Sparks y lo mal que baila en realidad. 

¡Bravo!

Eso sí, canta muy bien y la canción no pierde una pizca de su frescura.

Porque claro, estamos hablando de la que es la canción del verano hasta que a Rihanna se le ocurra sacar otro single caribeño. No es cualquier cosa.