Azealia Banks, lejos de dejar morir Broke With Expensive Taste, va a ir a muerte. Ella pasa de crowdfundings y cosas así. Para qué.
Ella se va a cenar al McDonald´s, y con los tres dólares que le sobran se va a donde su primo, que en el garaje tiene una pared verde fosforita, y le dice:
- Eh, tú. Hazme un vídeo que mi otra prima me ha puesto guapa en clase de plástica.
Y así es como hicieron el vídeo de Ice Princess.
Así que enorabuena al primo y a la prima. Bravo.
En serio, es imposible que el vídeo haya costado más de tres dólares. IMPOSIBLE.
El principio es guay, pero a medida que la cámara se acerca va quedando patente lo cutre que puede llegar a quedar cualquier cosa si no le pones suficientes ganas.
Las serpientes son como un poco WTF, más que nada porque a los seres de sangre fría el frío les sienta de puta pena, pero bueno allá ella.
El ejército de caminantes blancos á la C3PO también es bastante lamentable.
Luego, en un claro intento por hacernos creer que todo el cutrerío es intencionado, nos presenta una especie de aurora boreal geométrica, que resulta que hay que combatir. Buenos días Azealia, nos encantan las cosas brillantes y de colores chillones. De nada.
Luego congela la fuente de los malos, y hala, a pastar. Un poquito de psicodelía para fingir que no estamos haciendo las cosas por hacer y ya tenemos un vídeo con todo: Estética kitsch, storytelling y mamarracheo.
Pues bien, a nosotros no nos la va a colar. Ice Princess se merecía algo así en cuanto a concepto, pero desde luego algo mucho más trabajado en cuento a ejecución.
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