Y ésto ya lo veníamos avisando ya.
Para que luego digan que no tenemos rigor ni gusto. Después de varios tropezones, Roman in Moscow y Stupid Hoe, que dios sabe en que concepto encajan, Nicki vuelve a lo que la hizo famosa.
El cuelo barato, el pop desenfadado y las pelucas de colores. Sí parece que éstamos hablando de Katy Perry, pero lo cierto es que lo nuevo de Nicki se mea en toda la Complete Confection.
Nicki nunca había sido tan frívola. Y ha sido una zorra engatusandonos con falsos porvenires. Muchos la dábamos ya por perdida.
Starship es puro placer, rosa palo y cubatas por doquier. Nicki se apunta a la moda de pasar total del estribillo para regelarse al sintetizador carnívoro. El siguiente disco de Britney será sólo cantado por un Mac. Y si no tiempo al tiempo.
Nicki vuelve a rapear como si la exisstencia de los leggins dependieran de ello, siguiendo la moda de Beyoncé de blanquearse para parecer caucasica.
Además canta (¡Alegría!) en un final impagable. El puente noventero de repetir el estribillo de manera austera para retomarlo después es pura genialidad.
Con ésto y la actuación de los Grammys hasta nos está gustando Roman Holiday.
Completamente recomendable. El verano se acerca. ¡Go Nicki!
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