¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

lunes, 10 de noviembre de 2014

La muerte del EDM. Parte II.


En la primera parte de La Muerte del EDM dejamos claro para nosotros que era el EDM y también dejamos claro que lo que la gente cree que es EDM es en realidad RGR (Ruido Gordo Repetitivo).

También dejamos claro cuál era el nicho social que consumía dicho tipo de música. En ésta segunda parte analizaremos como los Lorolos o los y las randoms que encumbran a Avicii cuando no oyen nada más y que se mueren por ir a Tomorrowland o al Electric Daisy Carnival cuando hace dos años insultaban de manera agresiva al DJ que ponía algo de techno.

Y empezaremos por aquí. No haremos una lectura seria porque para eso teneís libros de verdad escritos por escritores de verdad y muchísima gente que se toma enserio toda la historia de la música electrónica.

Si seguís leyendo obtendreís un resumen completamente subjetivo y nada serio de la elevación y la caída de la música electrónica en el mainstream.

La electrónica, cuenta la leyenda, empezó en Chicago en los 80 cuando la gente pobre, negra y homosexual se terminó juntando día sí y día también en dos antros llamados Warehouse y Music Box.

La música que ponían los DJs (También negros y homosexuales) terminó por ser una refinada mezcla de hedonismo puro y duro, un ruido sincopado y repetitivo, creado a partir de vinilos ya existentes, que los primeros pinchadiscos comenzaron a emulsionar, mezclar y depurar.

A ésto lo llamaron House. El house no era sólo una música. Era una moda, un estilo. Y era GUAY. Si eras house, estabas donde tenías que estar. Si lo que hacías era house, entonces hacías lo que tenías que hacer.

Y así se germinó el primer foco de infección de lo que años más tarde iba a ser la música electrónica. Los loops, los sonidos y las cajas de ritmos se propagaron, en una pandemia de creatividad antielitisa, y ya nada volvió a ser lo mismo.

Hoy día la electrónica lo baña todo. Y hasta hace poco gozada de un innegable status intocable. Pero, ¿Qué ha hecho que el DJ sea una superestrella?

El desarrollo de la música electrónica es fascinante a la par que caótico (Y muy muy largo de explicar), así que es dificil establecer un mapa de acción o una cronología, aunque hay cosas que más o menos están dogmatizadas, como el Drum ´n Bass, que se considera tradicionalmente inglés.

La electrónica era hasta mediados de los noventa, una música pensada para pista de baile, sin más. La pretensión de sus hacedores era mínima, y todo se movía en círculos cerrados, si bien algunos eran my visibles, como el momento ibicenco o la revolución del sonido máquina en europa.

Aún así, aunque algunos círculos fueran grandes, seguía siendo algo "underground" o al menos no demasiado apreciado por el gran público, que prefería comprar álbumes de Mariah Carey o de gente con nombre y apellido que tocaba la guitarra.

Los noventa fueron bonitos, porque era una época en la que cualquier persona podía hacer cualquier cosa y ser tomada en serio. Empezó con la caída del muro de Berlín y terminó con las Spice Girls siendolo todo y con Aqua como gusto musical digno(!). De la misma manera, grandes temazos fueron confirmados en largas mañanas de raverismo chandalero y correrías en Seats varios con gafas Carrera Sport*.

*Cambie usted las marcas que en España fueron lo más en aquella época por cualquier cosa noventera nostálgica con la que pueda identificarse.



Y cuando decimos noventa nos alargamos hasta los principios de los dosmiles, porque puede que los inicios de los 00´s fueran más noventeros que los propios noventa.

En cierta manera, la electrónica ya se había internado de manera irreversible en todo ésto, pero era algo todavía anecdótico. Quizas por todo ésto el público estaba demasiado obnubilado con las pelucas y con los pantalones campana como para pararse a consumir electrónica pura.

Sin embargo, como con todo, el público general llega a hartarse, y las modas de consumo pasan de un bucle a otro.

La segunda parte de los dosmiles (Pero que mal que suena) fueron una ventana abierta para que la electrónica y el mainstream se encontraran definitivamente. Y puede que los culpables en grado mayor sean tres:

1. La música pop se había vuelto electrónica poco a poco. Las canciones contenían pequeños samples de beats o incluso loops de cajas de ritmos. Oír un sonido que no fuera un instrumento no era ya tan marciano. Lo mismo pasó con el "indie" y con la música a todos los niveles de cosnumo. El público, por lo tanto, estaba mucho más predispuesto que nunca.

2. Estados Unidos había abandonado la electrónica por completo. A principios de los ochenta era prácticamente donde nació, pero las mentes brillantes y las corrientes fueron poco a poco desapareciendo hacia el viejo continente mientras en USA redescubrian el hip hop. Cuando el movimiento del eurodance volvía a todos locos a un lado del atlántico, el rap noventero lo hacía al otro lado.



A mediados de los años 2000 USA revivía la fiebre del hip hop con Timbaland como mesías.

3. Dos palabras: David Guetta.

Habiendo DJs mucho más experimentados y reconocidos, éste fue el primero que supo dar el salto al mainstream, dotando sus producciones de una estrucutura pop concisa y de una voz a juego con los beats. Otros más aclamados e igual de mediáticos, como Armin Van Buuren o Tiësto, nunca llegaron a dar el paso. Y no digamos ya Carl Cox o Richie Hawtin, que suponemos que estaban riéndose de Guetta a escondidas en sus mansiones.

El álbum clave de la ruptura de la electrónica "underground", de círculo cerrado y digna contra la comercial y vendida fue sin duda, Pop Life.


Nunca una portada tan chabacana y que grita tanto a fiesta en un yate en las costas de Serbia había sido tan metaconceptual. Pop Life gritaba a ambición y a sed de poder. Y todo descamisado y con  gafas de aviador. Guetta venía de cosas como The World Is Mine apuntando maneras en todos los sentidos, pero aún no estaba lo suficientemente refindo para el público general.

Con Pop Life se destiló a si mismo y conquistó definitivamente europa gracias a canciones como ésta:



Hay que decir que paralelamente la gente ya estaba escuchando cosas como Eric Prydz.

Pero sobre todo ésta fue la que marcó:



Con éste álbum Guetta descubrió los acordes de guitarra con los que luego no dejaría de dar el coñazo en T Gotta Feeling y en todo One Love. Oh, One Love. Ese álbum que le dio alas, que instauró la norma de que cualquier álbum de productor tiene que estar plagado de colaboraciones y que dejó claro que no importa lo acabada que estás, lo olvidado, o lo travesti que parezcas: Siempre habrá un hueco para ti.



Guetta abrió así una brecha para que el público masticara electrónica. Poque rebajó las repeticiones, midió bien la longitud y se rodeó de gente que a la gente ya le eran conocidos. Así la gente comenzó a consumir todo tipo de electrónica. Y no sólo la música hecha con ordenadores se volvió de repente necesaria, si no todo lo que la rodea.

La cultura del clubbing, el acceso a sonidos más duros, la cultura ravera, los bailes, la estética... de pronto todo era musica electrónica. Y el gran público consumió, fagocitó, y como todas las veces que ésto sucede vomitó.

La necesidad repentina de siempre bailar con un beat más rápido, o con un bajo más gordo se violvió real. Así lo demuestran la aparición del Poky, del Bumping y de otras primas barraqueras. Gracias a éste estado, un señor como Skrillex pudo abrirse paso con un género que hasta entonces había sido impensable para las masas.



Y difundir el Dubstep casi como medio de vida para los nuevos ávidos consumidores de música hecha con ordenador. El Dubstep marcó la tendencia de siempre tirar hacía bajos gordos y marcados, si bien su estructura en principio impredecible o asincopada no han sido del todo importados.

Así es como muchísimos DJs que hasta entonces se habían mantenido en la sombra salieron a la luz, creando música electrónica consumible comercialmente o lo que la gente conoce comoEDM. Ruido Gordo Repetitivo.

Afrojack, Hardwell, Laidback Luke, Steve Aoki y toda ésta generación de DJs estrella que ha ido volviéndose más consumible para vender más. Podemos poner michísimos ejemplos de ésta degradación, como ésto o ésto o ésto.

Quizás por ésto mismo USA ha vuelto a abrazar a los DJs y a la electrónica, porque uno de sus buques insignia es estadounidense (Skrillex) y porque ahora que se pueden llenar estadios con ello de pronto es interesante.


El hecho de que éstos DJs se hayan vuelto inmensamente populares y con ello hayan contribuido a aumentar una corriente que ha terminado por volverse predecible y aburrida, no les quita ningún mérito. Por ejemplo Skrillex ha demostrado ser muy versátil en directo, pudiendo tirar desde el techno al drum ´n bass, por lo que sus fans terminan aburriditos.

O Steve Aoki, que ahora salta sobre la multitud con una barca, tenía antes la buena mano para producir cosas como ésta:



Y no hablemos de Calvin Harris, de cuyo talento ya vimos síntomas de cansancio en 18 Months y que se ha coronado como vago y reciclador en Motion.

Ahora, todo el mundo produce y colabora, y todo el mundo es Dj, y todo el mundo hace RGR, o sea EDM y todo el mundo va a festivales de electrónica y va a raves donde luego ponen el último tema publicado por Spinnin´ Records.

En 2014, el movimiento ha llegado al punto de no poder inflarse más, y ha reventado siendo saboteado por los mismos que lo encumbraron. Pero eso os lo contaremos en la siguiente entrega.

Continuará...

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