La muerte del EDM. Parte III.

Después de haber entendido porque la circunstancia para un cultivo de desarrollo mainstream de la múscia electrónica era idóneo (La muerte del EDM. Parte I ), y de cómo algunos supieron aprovecharse de ello (La muerte del EDM. Parte II), vamos a dedicar ésta tercera y conclusiva parte a aportar datos a cerca de lo endogámico y poco creativo se ha vuelto todo en el mundo de la producción con ratón y ordenador, hasta el punto de que algunos de los abanderados del movimiento lo han abandonado.

Y sí, decir una frase tan larga con aliteraciones significa que sacamos mucha nota en la selectividad. De nada.

Estamos en la época de los DJs Superestrellas. Como las estrellas del rock en los 70 o las del pop en los 90, los DJs son las mega estrellas de los 2010. Entendiendo DJ como un concepto amplio, en el que cabe cualquier persona que elabore música electrónica y la reproduzca en directo, sea por el medio que sea.

Ésta gente se han vuelto ídolos vacíos de niños pijos que quieren volverse rebeldes y de gente que le encanta saltar sin saber muy bien de que va la cosa. Ya dijimos en la primera parte que lo importante no es que te guste o no te guste, que ese es un criterio válido sean cuales sean tus conocimientos.

Que lo más importante es no vanaglorificar movimientos que no sabemos de dónde vienen por pura moda. Hay una diferencia.

Ahora que la música electrónica mainstream está atada por el símbolo del dolar, y que todo está más interconectado que nunca, no es dificil ver los signos directos de decadencia de un género que aún estaba emergiendo cuando se consumió a si mismo.

1.  Knife Party abandona el barco. Literalmente.

Knife Party era la escisión electrónica de los ya desaparecidos Pendulum, que con dos EPs y con producciones sueltas consiguieron que todos los consumidores de RGR (Nosotros al EDM lo llamamos así) hicieron suya. Quizás ésta no fuera en absoluto la intención de Rob Swire, quién probablemente deteste el movimientos en sí desde el principio, pero lo cierto es que canciones como Internet Friends o Bonfire se convirtieron en himnos de esas discotecas llenas de tatuajes con poco sentido e imitaciones de Vans.

Como respuesta a éste efecto del que ellos no se consideran culpables, Knife Party se redimen en un álbum que no puede ser más declaratorio. Empezando por el título: Abandon Ship. Claramente quieren decir que están hasta la polla de toda la mierda y que la dejan.

El álbum en sí es una contraposición al sonido del RGR, recuperando los géneros más clásicos con una vuelta de tuerca interesante, como en el primer single, que casi recuerda más a sus trbajos como Pendulum que a algo sacado de la nueva escuela.

Un placer huir de los ruidos que amenazaban toda la producción de éste trabajo y otro placer volver a oir la voz de Rob. Y no es la única cosa que grita a funeral del RGR. También saben ser poco sutiles.

Así que no puede quedar más claro. Knife Party abandonan el barco.

2. Las contradicciones de Skrillex

Otro que nunca se vendió del todo, aunque si ejerció (Y ejerce) como buque insignia. Sobre todo con los trabajos posteriores a Scary Monsters And Nice Srpites, donde la mayoría de la gente no entendió nada y compraron su imagen de "Superestrella" mientras ponían cara rara cuando pinchaba cualquier cosa que no fuera dubstep comercial.

En un intento de ir en contra de eso, sacó Recess.

Recess (noun): A temporary cessation of the customary activities of an engagement, occupation, or pursuit.

Vamos, que pasa de todo. Otro que decide poco a poco desaparecer del panorama o al menos dicotomizarse entre proyectos mainstream y proyectos que no lo son. Así, Recess contenía temas para agradar casi en la misma proporción que temas más acordes a lo que creemos que Skrillex quiere hacer en realidad, como por ejemplo ésto:

Así que Skrillex está jugando al gran juego de "Si cuela cuela si no me la pela", consumirá el éxito mientras dure, y cuando el imperio se colapse dirá que él nunca participó, porque en realidad tiene de todo en su repertorio. Eso sí, aunque sus producciones estén cada vez más destiladas, seguirá dinamitando sus directos, porque no puede dejar de hacer remixes obvios, de joder clásicos con un beat demasiado duro o de gritar gilipolleces por el micrófono.

3. Guetta también se aparta del rollo porque se lo huele

El primero en subirse al carro y en aprovecharse de la situación es también de los primeros en apartarse. No de manera catégorica, pero si al menos jugando al despiste. El primer single de Listen, Dangerous, se aparta completamente del estilo de música del que Guetta ha sido esclavo éstos últimos años.

Tristemente no podemos decir lo mismo del álbum, porque aunque tiene algunas intenciones buenas, cae en la aburrida bacanal ruidosa que esperaríamos, aunque con cierta endencia a volver a los sonidos más techno y trance clásicos de sus inicios. Como aquí cuando recuerda al Guetta de hace dos o tres álbumes, o como en ésta producción minimalista acompañada de Emeli Sandé que al final recuerda a cualquier canción de 18 Months.

También nos ha gustado bastante S.T.O.P. que paradójicamente recuerda al Calvin Harris de I Created Disco, tonteando peligrosamente con el Pop.

4. Avicii también hace la bomba de humo

Sin duda fue uno de los grandes promotores del sonido RGR primero con Levels y más tarde uniendo el country con la electrónica en True. Hey Brother a día de hoy nos da tanto asco que no podemos evitar vomitar al escuchar los primeros acordes. Y ni hablemos de Wake Me Up. Pero Avicii es otro que deja a un lado aquello que le hizo tocar el cielo para hacer algo mucho más popero e interesante.

The Days & Nights EP, sólo con dos canciones, ofrece un loop musical muy apetecible para esos momentos en los que tu vida se sume en un continuo espacio tiempo de borrachera - baile - after - dormir - resaca.

Fatboy Slim ya lo hizo de manera más macarra, pero Avicii te lo da de forma luminosa, porque hay veces que no te importa ponerte una sudadera y rebozarte por el barro en cualquier búnker y hay veces que simplemente te apetece tomar un vino blanco con una americana.

Para éstos momentos están hechos The Days y The Nights. Porque no tienen un bombo que engulle la canción, la estrucutra es puramente pop y los sintetizadores son divertidos, aunque no innovadores.

Eso sí, criticamos duramente el retraso mental de los vídeos, donde nos enseña su vida de día y de noche. Una gran parte del éxito de la música comercial es la conexión con el oyente. Hubiera sido mucho más interesante si hubiera mezclado en The Days las historias de cuatro personas de indóle distina (Edad, ocupación, etc.) y en The Nights todos se fueran de fiesta y se encontraran en una rave a las 11 de la mañana.

De hecho no sabemos porque no ha hecho un sólo vídeo con un mix interesante. Pero bueno, es una ligera mejora.

5. Calvin Harris se quema

No vamos a dar más pistas. Ya dijimos todo lo que pensábamos de Motion y no hemos cambiado de opinión. Después de 18 Months Calvin Harris se tendría que haber retirado a reflexionar y experimentar, porque el reciclaje le ha sentado fatal.

Te recordamos que en el caso de que vuelvas queremos que lo hagas así:

Podríamos dar muchísimos más datos a cerca de porque ha pasado ésto, como superlativizar la endogamía de producción en proyectos nefastos como Jack U, donde Diplo y Skrillex se han unido para hacer una canción fea como ella sola engañando a Kiezsa. O empezar a hablar de Afrojack, Steve Aoki, Hardwell (Que en un intento de gustar a todo el mundo acabó pinchando reggaeton y subiendose encima de la mesa) y otros muchos de la misma calaña que probablemene terminarán por salir de la corriente generalista en un momento u otro.

La sobresaturación del mercado y la escasa evolución de los sonidos debido a la demanda de un público desinformado han provocado que haya existido una "Burbuja de la música electrónica" que evidentemente se está deshinchando. Podríamos analizar aún más la escena e incluso ir DJ por DJ pero es un coñazo y nos parece adecuado el mensaje que se está mandando desde los nuevos trabajos de los DJs Super-Mega-estrellas:

Evoluciona o muere

Esperamos que vuelva la elegancia, que se olviden de la lucha por los bajos más bajos, que se terminen los saltos poco a poco y que la electrónica vuelva a ser un guetto de gente que ama la fiesta y que piensa poco en la selfie que se va a sacar meintras está en la sesioón de nosequé DJ porque se la pela hacer spam en las redes sociales. 

Un espacio donde los artistas te encandilen con sus matices sin prestar demasiada atención a si venderán o no con su siguiente single. Donde uno no tienes que llevar gafas ridículas o celebrar la estupidez con pintura fosforita. Volvemos a ver que cuando algo se masifica se autocondena y que el único género capaz de llevar la hiper popularidad sin autodestruirse es el auténtico Pop.

Bienvenidos a la época donde ya no existe el EDM. Fue bonito mientras duró. Asumidlo:

El EDM ha muerto.