¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

miércoles, 27 de junio de 2012

La Princesa Triste y La Reina Impostora


La eterna pregunta.

¿Que artista supera a otro en terminos objetivos?

No vamos a responderla, porque los gustos son inamovibles y sólo las lerdas pelean por gusto.

Lo que si vamos a determinar, de alguna manera, es la forma de determinarlo.

Hay quienes se guían por las ventas. Y quienes lo hacen por apariciones concretas o calidad vocal.

Hay quien mete los movimientos al trapo.

Pero ninguna de ellas es la correcta.

Un artista musical (Y no digamos ya uno pop) descubre todo su potencial encima del escenario. Eso está claro. Pero las actuaciones televisivas de medio minuto y los acústicos nos parecen desadecuados. Más que nada por el cpontexto de la actuación, que aparta, la mayoría de las veces, la canción del concepto.

Las actuaciones en premios están encima de la línea. Son leales al concepto y cumplen en conjunto, pero su duración, extremadamente corta, las comvierte en un medidor no muy leal.

Por lo tanto se extrae que el indicador ideal para valorar a un artista se encuentra en los conciertos de larga duración.

Con larga duración nos referimos a un mash up de más de tres canciones. Para que quede claro. Aún así muchas no estarán contentas porque seguirán discutiendo sobre octavas o pasos de popping. Y está completamente justificado.

Porque al fin y al cabo son los gustos de cada uno lo que le da una visión al conjunto.

Tomando la premisa de descubrir ésto como excusa (vamos, que vamos a decir lo que nos da la gana) vamos a analizar dos mini conciertos de dos divas.

El Baile De La Princesa Triste



Kylie Minogue es una experta en ésto. Recordemos que acaba de cumplir 25 tacos en el chow business y todo sin saber bailar. Para celebrar éstos años de farandulerío ha liberado el concierto que dió en el Mardi Gras en Marzo.

No tenemos ninguna queja a cerca de la actuación. Bueno sí, una: La duración. Mete tantas canciones y va todo tan rápido que da hasta miedo.

Tiene todo lo que una drag queen querría en su chow: Plumas, bailarines rompiendose, intros a lo loco, cambios de vestuario y final a lo Priscilla Reina Del Desierto.

Muy a tener en cuenta su pelo, a lo diva negra. Total. Y no, ésta vez tampoco baila. Que le vamos a hacer.

Eso sí últimamente Kylie debe de estar gamberrilla porque las fans de Madonna le han pillado hablando mal de su amada en un programa cutre de USA. No sé por que se cabrean, Kylie ha sido una señora muy digna desde que la recordamos, por una vez que se meta con esa vieja zorra (A la que amamos) no es que se termine el mundo.

La Reina Impostora



¡Vuelve Rihanna!

Ya decíamos que tardaba mucho en hacer algo. Era porque estaba ensayando los pasos de su Summer Festival Tour. Que para una vez que no va a ir drogada...pues eso.

Básicamente ha cogido el Loud Tour y le ha añadido cuatro mierdas, cambiado cuatro canciones de orden y se ha lanzado.

La imaginería egipcia no tiene sentido y tapa la pantalla. Lo cierto es que vocalmente cumple y se ha currado por fin los bailes. Quitando esos ramalazos reggaetoneros que le dan, claro está.

Pero el error más garrafal es...El vestuario. En serio, se supone que es una de las artistas emergente más épica de nuestros tiempos y aparece haciendo contra a sus bailarines y al atrezzo.

Y vestida como una poligonera de Jersey. para la parte con Jay - Z puede colar... Pero desde un principio...

A veces parece que la asesora algún simio con problemas cognitivos.


En fin, desfrutemos de éstas actuaciones mientras podamos, porque, asumámoslo, nuestra vida sería aburrida sin ésta gente.

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