Kelis, aquella chica que nos enamoró dandonos clases sobre como hacer pajas, vuelve. Bueno, de hecho lleva ya unos meses volviendo, dejando gotear cuidadosamente su nuevo material.
Y sí, estaríamos emocionados de no ser por que su última semilla nos ha decepcionado. Mucho.
Hemos hablado muchas veces de lo bien que le sentó a Kelis conocer Ibiza. Estamos hablando, por supuesto, de Flesh Tone, que debe serlo todo para todo el mundo.
Grande Flesh Tone y grande la Kelis post Acapella. Nos encanta.
Nos encanta justificadamente, por que durante estos meses ha hecho cosas como éstas:
Una de las primeras canciones que conocimos. Suena un poco a demo, no nos engañemos, pero con un poco de sobreproducción drumandbassera apuntaba maneras.
Luego nos vino con un experimento francamente interesante, poniendo voz a un tema de Skream. Una canción que escuchamos cuando queremos sentirnos especiales e intensas. Es tan chill y minimalista.
Sería muy afortunado enfocar un álbum en éstos dos conceptos, aunque solo sean bocetos.
Y luego, por supuesto, puso voz al himno pro - MDMA por excelencia: La canción de Tomorrowland del año pasado.
Así quedaba claro que ella se había vendido completamente a la electrónica y que pasaba de todo lo demás.
Peeeeeeroooo... Siempre tiene que haber un pero. Ella se ve que ha escuchado The 20/20 Experience de Timberlake y se ha enamorado del rollito "Canto old School a pesar de no saber lo que es y lo mezclo con R&B y ya verás tú que guay".
Y así es como tiramos la toalla y dejamos de esperar con ansias el nuevo trabajo de Kelis.
Así es también como alguien que había encontrado su nicho de acción decide dejar los auriculares para enamorarse de los timbales y los trombones.
Todo un despróposito, en nuestra opinión.
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