Profesionales colaboradoras retornadas

¿Un título de entrada demsiado enrevesado? ¿No? Pues si que lo es, pero es que hoy teníamos el día poético. Somos así de guays.

Hoy venimos a hablar de unos señores que son guays por hacer dos cosas. Primero, una cover de Lana Del Rey que iguala o mejora la canción original.

Ésta versión tuvo el honor de que la pusieran en el reality de Alaska y Mario, fijaos hasta que punto de cutre-guay-ismo se puede llegar.

¿Hemos dicho dos cosas verdad?

Sí. He aquí la segunda.

Un álbum guay que te cagas, a medio camino entre Monarchy y Javiera Mena, entre Hurts y Carly Rae Jepsen. Combinación perfecta de sonidos pop, electrónicos y postmodernos mezclados con estructuras cortas, que saltan a la yugular. Y letras realmente contemporáneas. Nada de postureo. Nada de hipsterismo canonizado.

En ese disco con título más largo que el del post que estamos escribiendo, pasaban de la electrónica machacona, a la música de los 70 y de repente tenían también una canción llamada P.O.P.

P.O.P.

Nos parece importante resaltar que en el mundo hay artistas que, de repente, saben lo que están haciendo. El disco tenía más canciones guays, como por ejemplo ésta, que se pega cosa mala, tiene melodía arrolladora y una temática muy del año 2000. Todo marillosamente maravilloso.

Pero lo que nos ocupa es su nuevo single, que también es, como cabria esperar, encantadoramente pop.

Podríamos explicar que será un himno, que es perfecto, que tiene todo lo que tendría que tener el siguiente single de Rihanna y etc. Pero preferimos que le deis al play, que os tomeís una cerveza y que disfruteís de lo estupenda que puede llegar a ser la vida.

Para la ocasión han decidido colaborar con una chica que la conocen en su casa, de la que nisiquiera sabemos el apellido completo. Anna F.  Aparte de dedicarse profesionalmente a ser indie petarda, también canta bien, y si estos chicos la han cogido para hacer el mamarracho será que algo tendrá.

La canción es perfecta. Es como si hubieran metido todo lo que nos gusta junto y lo hubieran explotado al máximo, convirtiéndola en un hit inmediato. Suena a Lykke Li, suena a 3OH!3, suena a Javiera Mena y suena a Robyn.

Igual nos hemos pasado buscando similitudes, pero lo cierto es que ninguna de las reminiscencias es demasiado gratuita. Pues eso. Una obra pop notable que hace que de pronto estemos atentos a lo que sea que vaya a salir de los ordenadores de estos dos.

Una buena noticia para aguantar hasta el fin de semana, cuando está socialmente aceptado echarse a las drogas para evadirse de la realidad.