El día que Nicole S. sacó álbum y nadie se enteró

Alguien debería contratar un manager nuevo, ¿Verdad Nicole?

Que alguien nos explique que ha pasado. Alguien, cualquiera, quien sea. Hoy día, en 2014, es muy dificil mantener un proyecto musical en secreto.

Los álbumes se filtran y la velocidad a la que la información viaja es acelerada. Si comentas un álbum cuatro meses tarde, como acostumbramos a hacer nosotros, estás haciendo el ganso.

Será que nos gusta.

Y Nicole ha conseguido lo que todos quieren, sacar un álbum sin que nadie se entere de que lo ha hecho. Y os preguntareís, ¿Como? Pues muy fácil: Sacando música tremendamente olvidable.

El caso de Nicole es extraño. Normalmente basta con ser guapa para que te hagan caso. Pero la cosa es que Nicole canta y baila genuinamente bien. Entonces, ¿Porque a nadie le importa lo que haga?

Que extraño, ¿Verdad?

Analicemos su situación comparandola con una artista de situación similar pero exitosa.

1. Inicios de carrera.

Beyonce: Se unió a una perdedora y a una yegua para que alguien le hiciera caso. Su manáger era su padre y  con mucho enchufismo esfuerzo obsequiaron al mundo con maravillas como ésta y ésta. En el proceso Beyoncé no dudo ni un segundo en reducir a las otras dos a coristas y en ir dandoles la patadita poco a poco.

De hecho la transición de grupo-de-niñatas a solista fue tan sutil que nadie se dio cuenta.

Nicole: Hizo lo mismo con más coristas / bailarinas (Lo cual está mejor) pero sacando temas más chusteros, aunque algunos como éste y éste molaban algo. La gran cantidad de zorrerío y fluidos corporales con los que imbuían cada una de sus apariciones y su alta probabilidad de tener ETS dejó a Nicole el camino limpio para salir airosa cuando les dio el patadón a todas.

A día de hoy nos sigue pareciendo increíble que las coristas / bailarinas / maniquies / relleno se siguieran creyendo que todas contaban por igual. Menuda panda de peluqueras.

 2. El single presentación en solitario. 

Beyoncé: Tres palabras: Crazy In Love. Nada más que añadir.

Nicole: Whatever You Like con T.I. Menuda basura. Y ni siquiera era parte de un álbum, simplemente aprovechó que las otras dieciocho integrantes no estaban mirando para sacar ésto a escondidas.

3. Desarollo de la carrera en solitario.

Beyoncé: Ambición. Por lo menos cuatro temazos de los buenos por álbum, y el resto relleno asqueroso. Vídeos pretenciosos. Actuaciones repetitivas pero llenas de sudor y energía. Pelucas. Colaboraciones con negros random. Colaboraciones con Lady GaGa. Más pelucas. Salir de gira sin álbum, con todo su coño. Tener un falso embarazo. Superbowl. Sacar por sorpresa un álbum con un trabajo visual y conceptual bueno.

BAM! Jackpot. Superestrella.

Nicole: Poison. Don´t Hold Your Breath. X Factor. Buzz single de mierda. Ya está.

Después de ésta visión prismática y lejana de ambas situaciones, podemos decir que la adicción continua de Nicole al flop viene de rodearse de productores de mierda y elegir canciones de mierda.

Poison está guay, y Don´t Hold Your Breath es un estribillo hecho canción. Pero no termina de escoger buenos conceptos ni sonidos propios, no es capaz de tener continuidad mediática, y seguro que es demasiado zorra para aguantarse a ella misma.

Aún así alabamos su sentido del esfuerzo y el hecho de querer volver a crujirlo todo con un álbum.

Pfffff. La verdad. Menudo despropósito. Lo único meritorio son las repeticiones y que ella sale desnuda. Papelera de reciclaje.

Random. Filler de Rihanna.

Y ya está. Hemos hecho el esfuerzo magnánimo de descargarnos el álbum e intentar hacer una crítica, pero nos hemos dormido en el intento. 

Lo único que nos da pena es que se haya quedado con la exclusiva de un nombre así para un álbum. Imaginaos que Nicki Minaj saca un álbum llamado Big Fat Lie, con las experiencias en el quirofáno con su trasero.

Lo vemos desde ya como número uno en iTunes. No como a Nicole, que a la pobre no la vemos ni actuando gratis en Fuenlabrada.